Ya cansado de la forzada vida burguesa en la que se vio inmerso estas ultimas semanas con el asunto habitacional (busqueda y decoracion), nuestro amigo volvio a los sabados de alta cultura. Se traslado hora y media en subte hasta el extremo norte de Manhattan, a visitar el excelso museo de arte medieval perteneciente al Metropolitan: The Cloisters.
El museo esta al final de un lindisimo parque a la vera del Hudson (recuerden que este rio cumple 400 años por estos dias, asi que esta de parabienes), y ha sido construido con la forma de un monasterio medieval, ambito ideal para acoger la coleccion de arte medieval europeo. Los monasterios estaban divididos en diferentes "claustros" o patios cercados en los cuales mayormente habia una fuente, una cruz ornamentada, y canteros de plantas aromaticas o medicinales que cultivaban los monjes.
El museo es muy particular gracias al amigo Rockefeller (se acuerdan de que el Pajaro fue a la mansion que estos muchachos tenian en Sleepy Hollow y no le gusto nada?). Este buen señor, viajando por Europa, decidio que New York no tenia mucho arte medieval ni mucho menos donde mostrarlo, asi que se construyo este edificio magnifico y se trajo los pedazos de frescos, capillas enteras, artefactos, vitraux, etc. Aqui el Pajaro nos muestra un fresco de dimensiones importantes traido de Francia. Este Rockefeller era uno... para que viajar si se puede tener todo en casa? (es mas o menos el mismo principio que sigue Las Vegas cuando en la misma horripilante ciudad -salvando las distancias, aqui hablamos de arte y del bueno- se puede pasear por las piramides de Egipto, la torre Eifel, la de Pizza, el Partenon, etc.)
Esta es la entrada a la capilla Langon, francesa, de 1120!! Se trajeron la puerta entera, algunos dinteles y capiteles, vitraux, el altar, cruces, y demas elementos. Parece que aca rezaba Leonor de Aquitania. Y el Pajaro andaba por ahi, por supuesto.
Ya dentro de la capilla se dedico a ver los juegos de luces provocados por los vitraux, y a reflexionar un poco sobre el sentido del arte, la vida y la existencia. Le duro poco la reflexion porque habia que sacar las fotos (y esperar a que se fueran los turistas!!) Encantador. Este museo es uno de los pocos en los que la curatoria esta imbrincada con la arquitectura de manera indisoluble.
Aqui esta contemplando en la capilla de Fuentidueña, española, cerca de Segovia, del 1175. Es maravillosa. Al Pajaro le gustaron mas las cosas hispanicas que las sajonas. Cree que a los sajones les falta el sentido del drama. El Cristo suspendido agregaba un toque excelso.
El museo no tiene exposiciones cambiantes, sino esta muestra permanente, y la sala de los tesoros, impresionante, donde veremos a nuestro amigo algunas fotos mas abajo posando con incunables. Como le dejaron fotografiarse, se desquito!
El Pajaro con los frescos de fondo. Excelentemente curado el museo. Y todo con un grado de conservacion impresionante. Se ve que hay recursos y especialistas.
Una fuente bastante nueva, francesa, datada a principios del siglo XX. Quiso tirar una moneda, pero se ve que no es costumbre por estos lares, o al menos, no lo es en los claustros.
Aqui esta en el claustro (pero no enclaustrado!), paseando por los jardines, que no son muy prolijos porque no se trataba de decorar con flores, sino de cultivar plantas medicinales. Habia un poco de todo, alcanfor, higos, perales, manzanilla, de todo.
Esta es la capilla de Notre Dame de Pontaut. Data del siglo XII, es de Aquitania y Rocky (asi lo tuteaban a Rockefeller) se la trajo entera! Si, ENTERA! Cosa de locos estos tipos.
Pajaro a contraluz. A nuestro amigo le encantan los vitraux, son un buen ejercicio fotografico, y ademas, sabe que tiene admiradores a los que tambien le gustan. Estos son magnificos, estan muy bien conservados, y bien dispuestos en ventanas acordes a la epoca.
La ventana entera, con el Pajaro escondido a contraluz. Lindo, no?
EL museo se enorgullece de tener una serie de tapices de fines del 1400 referidos a la caza del unicornio. Estan barbaros, son enormes, y no les falta ningun pedazo. Uno de los acompañantes del Pajaro odia los tapices, pero igual nuestro amigo accedio a posar solo por el bien de la argumentacion de este blog.
Esta serie es una de las pocas que han sobrevivido completas a la inclemencia del tiempo. Aqui estan tratando de atrapar al unicornio, tarea nada facil. Esta todo bordado en seda y algodon.
Aca le largan los perros al pobre unicornio.
Y finalmente lo atraparon! Dificil agarrar un unicornio, parece que solo sucumben a las palabras de una joven virgen, y el Pajaro... bue, tampoco es que se la pasa cazando unicornios por ahi. Este tapiz es una de las joyitas del museo, tapa de todos los catalogos y postal mas vendida.
El Pajaro quiere mostrarnos este maravilloso cuadro español que ilustra la batalla de San Miguel contra el Anticristo, el monstruo de ojos a los pies del arcangel. El cuadro es del 1500, de la zona de Belmonte. A nuestro amigo le encanto y por eso quiere compartirlo con ustedes.
Mas tapices y mayolica española. Si bien el Pajaro no esta taaaan interesado en la cosa medieval, igual le atrae.
San Roque, San Roque, que tu perro me mire y no me toque!!
Esta es la capilla gotica, convertida en capilla mortuoria. Hay tumbas de distintos tipos y epocas, todo medieval, y unos vitraux remarcables. Un lugar para descansar toda la eternidad!
Otro angulo de la capilla mortuoria. A nuestro plumifero amigo le parecio fascinante ver las esculturas que representaban al ilustre difunto en plan de dormicion eterna.
Ahhhh!!! un incunable!! y fotografiable!! El Pajaro mira embelezado una pagina del Apocalipsis de San Juan, aquella que muestra al caballero de la pestilencia en su caballo palido. La pestilencia ataca a todos por igual, es una de las plagas apocalipticas mas terribles porque apela a la inmediatez de la muerte: no hay tiempo para arreglar los asuntos del alma y morir confesado. Se muere tanto el rico como el pobre. Y como el Pajaro, ademas de culto, es un servidor que entretiene y educa a su publico, aca les copia el pasaje del Apocalipsis correspondiente a esta imagen: "Mire y he aqui un caballo amarillo, y el que lo montaba tenia por nombre Muerte, y el Hades le seguia; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandd y con las fieras de la tierra."
Un juego de cartas. Con esas cartas juega cualquiera!!
Tomando aire en uno de los claustros, con fuente y cruz ornamentada.
El arbol-menorah. Es un peral, primorosamente guiado y convertido en lo que se ve. Perfecto.
El Pajaro en otro de los claustros.
Y al final, luego de un paseo extraordinario y de una linda caminata por el parque, se dispuso a tomar un helado comprado en una de estas camionetitas que parecen salidas de una novela de Stephen King.
Se vuelve a la casa, a unas 230cuadras de la casa (si! 230, 150 de Manhattan, ya que arranco en la 42 y se bajo en la 190, mas las 82 de Queens) henchido de cultura, satisfecho, casi feliz diria, despues de retomar sus actividades intelectuales luego de un par de semana de vida hogareña.
Y el Pajaro los deja con el conocidisimo poema de Borges sobre los claustros, que bien cuenta la vivencia del museo:
“The Cloisters”, Jorge Luis Borges. (La Cifra, 1981)
De un lugar del reino de Francia
Trajeron los cristales y la piedra
Para construir en la isla de Manhattan
Estos cóncavos claustros.
No son apócrifos.
Son fieles monumentos de una nostalgia.
Una voz americana nos dice
Que paguemos lo que queramos,
Porque toda esta fábrica es ilusoria
Y el dinero que deja nuestra mano
Se convertirá en zequíes o en humo.
Esta abadía es más terrible
Que la pirámide de Ghizeh
O que los laberintos de Cnosos,
Porque es también un sueño.
oímos el rumor de la fuente,
Pero esta fuente está en el Patio de los Naranjos
O en el cantar Der Asra.
Oímos las claras voces latinas,
Pero esas voces resonaron en Aquitania
Cuando estaba cerca el Islam.
Vemos en los tapices
La resurrección y la muerte
Del sentenciado y blanco unicornio,
Porque el tiempo de este lugar
No obedece a un orden.
Los laureles que toco florecerán
Cuando Leif Ericsson divise las arenas de América.
Siento un poco de vértigo.
No estoy acostumbrado a la eternidad.
(Pajaro culto!)