domingo, 5 de octubre de 2008

Shiro el Arriero

Dia raro en New York, ciudad que siempre le depara alguna sorpresa a nuestro amigo el Pajaro.
Arranco no muy temprano una tarde que desde el almuerzo apuntaba a la extraña conjuncion argento-asiatica. Almorzo en el "Chivito d'Oro" una monumental milanesa a la napolitana que no pudo terminar porque media poco mas de 30 cm., asi que se la envolvieron para llevar. Volvio a casa, dejo la milanesa, miro un rato una pelicula y a eso de las 4pm arranco rumbo a Manhattan.
La idea era visitar primero el Asia Society, un museo de arte chino que no conocia y quedaba a una cuadra de Hunter College (CUNY) donde estaba pautado el concierto homenaje por el centenario del natalicio de don Atahualpa Yupanqui.
Llego no muy temprano al museo, apenas pasadas las 5pm, pero como cerraba a las 6pm no pudo ver mucho. De hecho, no entro, sino que visito la tienda del museo. De todos modos, se saco las fotos correspondientes.


En el museo habia una exposicion sobre la China de la Revolucion, la epoca de Mao. (Vieron que hay que comprar el poster de Mao que el Pajaro quiso comprar en el Soho hace un par de semanas y tal idea no fue bien recibida? El Pajaro sabe, siempre esta de moda). Habia unos afiches barbaros, libros, dinero chino, etc.

Lastima que no pudo entrar, porque los afiches publicitaban una buena exposicion de arte y revolucion, es decir, de como la revolucion y el Estado se hacen cargo de un arte de marcado corte propagandistico. Estas son conjeturas, el Pajaro no vio la muestra.

Y por supuesto, frente a la Asia Society no pudo resistirse en sacarse la foto delante del famoso "cuello Mao"!!! Jaja, ya ven, es solo el cuello, la cabeza no esta. Lo que pasa es que algunos elementos de la revolucion se han convertido en simbolos postmodernos, como la celebre chaquetilla de Mao, y los verdes sombreros de la revolucion.
Despues de no entrar al museo, y como era temprano para ir al auditorio, se fue a caminar por Park avenue, avenida de negocios de diseño y millonarios venidos a menos por la crisis de la bolsa. No pudo resistirse a la fachada de la Shakespeare & C. booksellers, una libreria bastante tradicional por estos lares.

Todo muy lindo, muchos libros, anaqueles viejos, todo en exposicion, se puede sentar a hojear (hojear con h, no ojear sin h, porque el verbo refiere a la accion de pasar hojas, no pasar ojos) los libros, enterarse de las novedades editoriales, etc. Preguntando, encontro la seccion de libros en español (que no es la de la foto) y, ovbio, compro algunos libros. En consonancia con el proximo viaje a Peru, compro finalmente una edicion horrible (la unica existente) de los Comentarios Reales de los Incas, escrito por el eximio hijo del Cuzco, el Inca Garcilaso de la Vega. Busco en vano este libro en Cuzco hace un par de años, pese a que estuvo en la casa-museo del Inca Garcilaso, paso varias veces delante de su estatua, y se recogio con emocion en la Catedral, frente a la urna que conservaba sus cenizas. Ademas compro un par de libros mas.


Despues tomo un capuccino, y a eso de las 6:30 partio rumbo al auditorio Ida K. Lang Recital Hall en Hunter College.Aqui lo vemos posando con los afiches publicitando el concierto. Se entero de tal evento gracias a los e-mails del consulado argentino en New York, que se encarga siempre de promocionar espectaculos de interes argentino entre los ciudadanos. Realmente una cosa rara, no? Un japones especialista en la obra de Yupanqui. Pero como el Pajaro es curioso y multicultural, entro sin ningun preconcepto, dispuesto a disfrutar de la magia de la musica.
Aqui lo vemos sentado en el auditorio, esperando. Como se ve, la escenografia estaba dominada por tremendo poncho salteño.El Pajaro se mezclo con el eclectico auditorio. Mejor dicho, no tan eclectico ya que la mayoria eran japoneses hablando japones. En principio penso que el grupo de entusiastas orientales que estaban detras suyo eran los amigos de Shiro, que habian ido a hacerle el aguante mientras entablaban una animada conversacion, pero con el correr de los minutos, y gracias a elementos supralinguisticos (el Pajaro no habla japones) se dio cuenta de que no habian venido a aguantar, sino que eran estudiosos de la obra de Yupanqui y estaban discutiendo el programa. Nah! se dio cuenta porque uno de los japoneses saco una serie de partituras musicales correspondientes a temas anunciados en el programa. Esos son los elementos supralinguisticos de la comunicacion.
Shiro Otake, a.k.a. Shiro el Arriero (http://www.shiroelarriero.com/. No se pierdan "El castillo de Maria Luisa", tienen que hacer click en el enlace y despues en el dibujito, ahi lo escucharan tocar y veran sus propios dibujos. Una advertencia, como todos los japoneses o asiaticos en general, se dibuja con los ojos mas grandes y redondos) , es todo un personaje. Nacido en Tokyo, Japon, dedico su vida entera al legado de Atahualpa. A los 13 años flasheo con la obra de Yupanqui y se puso a estudiar guitarra criolla con un tal Iwao Suzuki y aprendio todo el repertorio. En 1989 fue invitado por Atahualpa en persona a su casa de verano en Argentina para recibir algo mas de instrucion musical de manos del maestro. El japones hablo durante todo el concierto, asi que lo que no estaban explicitado en el programa lo conto el. En la casa de Atahualpa se puso a tocar, y nuestro entrañable folklorista lo miraba, no muy convencido. Le pregunto si tocaba algo mas, tipo clasico, y ahi Shiro toco Bach, Atahualpa se entusiasmo, lo aplaudio un poco mas y se puso a tocar con el. Atahualpa se dio cuenta en ese momento de lo que nosotros sentiriamos a lo largo del concierto: el japones es muy virtuoso, tiene una tecnica impecable, pero le falta algo, quizas el tempo del ser argentino para poder interpretar folklore.
Ademas, en 1996 toco en Cosquin, el templo de la musica folclorica, mas precisamente, en el escenario mayor, "Atahualpa Yupanqui".
Toca bien, pero...
Uno de los problemas fue el recitado. Imaginen, dice el Pajaro, un japones hablando español con acento del norte argentino (y un ingles horrible evidentemente aprendido despues del español porque tenia las manias del ingles traducido del español), diciendo cabaaaayyyooo. Un flash.


Toco "El Alazan", "Guitarra dimelo tu" (esta le salio barbara), la "Zamba del Grillo", "El Arriero", y aca la pifio feo, porque le cambio el ritmo y fue terrorifico. Ahi conto que se cambio el nombre, que no se llama mas Shiro Otake, sino Shiro el Arriero porque en 1994 fue a la tumba de Atahualpa en Cerro Colorado, Cordoba, y se puso a tocar ahi mismo la guitarra. En un momento oyo muy claramente la voz de don Ata que le decia algo asi como "Shiro, ve como el arriero..." y enloquecio. Quizas le haya dicho "Shiro, El Arriero no...", pero bueno, cada uno interpreta como mas le gusta.

Tambien toco un poema de Yupanqui que el mismo musicalizo, "Hiroshima, la ciudad que no olvido", al que le hizo una musica barbara, con recitado en japones y todo. Atahualpa le dio el permiso para que la firmaran en colaboracion. Eso le salio excelente.

La segunda parte del programa estuvo a cargo de una pianista, Nelida Sanchez, que toco algunas cosas, y ademas le hizo un merecido homenaje a Piazzolla interpretando "Invierno Porteño" y "Verano Porteño".

La tercera parte fue mixta (y medio complicada): Shiro interpreto dos obras de Bach que le salieron de primera, mientras una mujer, Adela Peralta, leia dos poemas de Yupanqui: "No me dejes partir viejo algarrobo" y "Tiempo del Hombre". Muy bien compaginado pero no tan bien leido. Esta Adela es un poco vieja, lee pero no recita, asi que fue mas o menos. Y ademas tocaron un concierto para piano y guitarra de un tal Heitor Villa-Lobos, un musico brasilero.

El final fue a toda orquesta (por asi decirlo): Shiro, la pianista y la vieja Adela cantaron juntos "Luna Tucumana", mas o menos desafinada la vieja, con el japones enfundado en su poncho salteño y contento como musico con guitarra nueva. El Pajaro quedo pasmado, nunca penso que iba a ver algo tan extraño en su vida: un japones dedicado por entero al legado intelectual de Atahualpa Yupanqui. Pero claro, esas son las sorpresas que depara la ciudad (y el patetismo de los exiliados que son capaces de ir a ver cualquier cosa con tal de sentirse un poquito mas cerca de casa)

1 comentario:

Marcial dijo...

Cultura asiatica, un poco de el Inca Garcilaso, gastronomia rioplatense, donde la milanesa tendria que llamarse a la niponlitana, para estar acorde al evento. Ya lo veo al Pajaro en cualquier momento con un modelo Mao, eso si, con cabeza.